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miércoles, 21 de octubre de 2015

Nazionalismo invertebrado. Sin tetas erario sí hay paraíso.




   “La religión consiste en un repertorio de actos específicos que el ser humano dirige a la realidad superior; fe, amor, plegaria, culto. Pero esa realidad divina tiene otra vertiente, en la cual se prenden otros actos mentales perfectamente ajenos a la religiosidad. En ese sentido cabe decir que hay un Dios laico, y este Dios, o flanco de Dios, es lo que ahora está a la vista”.-José Ortega y Gasset-.

  Las Venus del paleolítico resaltaban la feminidad asociada a la maternidad, la de Willendorf es un canto a las partes del cuerpo de la mujer generadora de vida: enormes senos, vientre fecundado y caderas anchas. El refranero popular español sentenció que dos tetas tiran más que dos carretas, y el recuerdo del placer de la succión del pecho materno inspiró al psicoanálisis y a la mitología clásica.

  Zeus le fue infiel a Hera con Alcmena, con quien concibió a Heracles (Hércules en la tradición latina), pero para convertirse en inmortal, debía ser amamantado por la esposa traicionada. Una tarde, paseando con Atenea, encontraron al niño descansando en la hierba y al contemplar su hermosura, fue convencida por Atenea para que lo amamantase. Heracles chupó la leche con tal violencia, que al herir a Hera, lo retiró de su seno violentamente, pero su leche siguió fluyendo formando la Vía Láctea.

  La prolongación del período de lactancia ha sido uno de los métodos naturales anticonceptivos y en los ritos de fertilidad se exaltaba la voluptuosidad del pecho de la mujer para demandar protección en la sequía o la enfermedad, embarazos y otros tipos de logros. De la teta nutricia como creadora de vida hemos pasado a la teta poderosa Afrodita como atributo femenino objeto de deseo, exhibición y triunfo social de las mujeres más afortunadas. De la biología, al materialismo estético como símbolo de la resistencia al cambio que la cultura de género quiere imponer. Sin tetas no hay paraíso. Reparemos igualmente que el cuerpo es el espejo de la opulencia. Hemos pasado de la mujer voluptuosa, maternal y bien alimentada, es decir sin carencias económicas, a la estilización de la figura, que requiere igualmente de recursos para mantener la línea. No hay cambio de paradigma, el marco conceptual de valores sigue siendo el mismo, la mujer continúa afanándose por ser bella, y el hombre aplaude y se ensimisma ante el escote de una dama. De manera que pese a que la verdadera belleza se oculta en el interior, la pretendida igualdad entre hombres y mujeres mantiene la guerra de sexos y la capacidad de seducción de la mujer.

   Pero somos una civilización vestida. “El empleo de vestiduras anti sexuales varió según las diversas condiciones culturales, extendiéndose a veces a otras señales sexuales secundarias (senos, labios)...En ciertos casos extremos, el aparato genital, no solamente oculto, sino también completamente inaccesible. El más famoso ejemplo es el cinturón de castidad” (Desmond Morris). Tal vez por ello, el desnudo nos obligue a meditar. Recordemos que Teofrasto se mostró escéptico ante la idea aristotélica de que todo tenga una finalidad, argumentando que la tetilla masculina es inservible y carece de función orgánica para amamantar, pero hoy podemos argumentar que el pecho femenino no es solo biológico, sino también seductor y político. Como ejemplo citemos la defensa de la progresía de Olvido Hormigos, ex concejala socialista de Los Yébenes como víctima de un machismo casposo y retrógrado y de la cosificación fascista de la mujer, capaz de humillarla difundiendo su vídeo erótico, y el posterior abandono a su suerte con motivo de su irrupción en la telebasura. La razón no suele ser precisamente muy tierna como afirmaba Voltaire por ello los progres abandonan los derechos persiguiendo el marketing político. Olvido Hormigos desenmascara la superficialidad de los políticos profesionales que buscan el aplauso en la opinión pública, despreciando los principios.

  Sin embargo, tras el afelio de la teta nutricia, como si de una órbita biológica se tratase, volvemos al perihelio para encontrar nuevos tipos de seducciones que surgen como deseo de succión de la teta erario por parte de nazionalistas, populistas y corruptos: los pechos de María Lapiedra, el código de barras en erección Fet a Catalunya con el guarismo 15 la niña bonita (edad de rito de paso de la mujer), o los falos de los ediles secesionistas apoyando a Mas en su declaración como imputado en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña por la consulta ilegal independentista del pasado 9 de noviembre de 2014, son algunos ejemplos. El Dios laico que atisbara Ortega y Gasset está a la vista. Ya no nos tienta la serpiente porque el cientifismo ha desencantado el mundo y la tecnología nos proporciona un bienestar material que nos aleja de las necesidades espirituales. Nos tientan dos poderosas razones que caben en un palmo: el que va del bolsillo a la bragueta como diría Escrivá de Balaguer. En esa sentencia cabe todo el pensamiento y la ética de quienes han corrompido España creando un metasistema que legitima al sistema con disposiciones de ingeniería procesal amparándose en esteladas, el pueblo, los parados, los cursos de formación, servicios y contratos públicos...Todo para tener dinero para asar una vaca, coca, putas, ladrillo, coches de lujo y cuentas en Suiza.


  No obstante, hay personas homéricas como Dolores Agenjo, la única directora de Instituto que se negó a cumplir las órdenes de la Generalidad de ceder los centros educativos para la celebración del referéndum ilegal del 9-N o Mercedes Alaya jueza de la corrupción de Bandalucía que actúan como Hera retirando súbitamente de la teta erario a sus vástagos infames. 
   El camino del Dios laico es el rodeo, y las consecuencias del escarmiento impuesto por la diosa Némesis a la Ninfa Eco a no tener voz propia y a repetir las últimas palabras que escuchase en voz ajena por entretener conversando a Hera para que Zeus pudiera tener aventuras extraconyugales, irradian igualmente a los ciudadanos narcisos como castigo, y moraleja del destino final para la desinformación, la mentira, la manipulación, la demagogia y en todo caso para la infamia de un sistema corrupto con su cohorte de medios de comunicación de masas subvencionados enredándonos para que los dioses de la casta tengan devaneos corruptos. Metafóricamente somos Narciso cansado de escuchar su propia voz desdeñando el amor de la Ninfa quien abatida y triste termina diluyéndose en las montañas con su eco. Mujeres y banderas castigadas a no seducir, y hombres y proyectos ensimismados que terminan anoréxicos y sin virilidad. Ni la estelada seduce a los españoles, ni vemos el código de barras 15 en el etiquetado de productos catalanes, ni vemos a Mas sacando su proyecto secesionista adelante. Sin tetas erario, sí hay paraíso.