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martes, 6 de octubre de 2015

Patriotismo constitucional español frente a nazionalismo secesionista. #12Octubre.


  “La Nación es una idea con fuerza capaz de crear convicciones y de apelar al corazón y al alma”. -Habermas-.


  “El hombre andaluz no es un hombre coherente. Es un hombre anárquico. Es un hombre destruido. Es, generalmente, un hombre poco hecho, un hombre que vive en un estado de ignorancia y de miseria cultural, mental y espiritual. Es un hombre desarraigado, incapaz de tener un sentido un poco amplio de comunidad. De entrada, constituye la muestra de menor valor social y espiritual de España. Ya lo he dicho antes. Es un hombre destruido y anárquico. Si por la fuerza del número llegase a dominar sin haber superado su propia perplejidad, destruiría Cataluña”. -Jordi Pujol-.


  “Gran numero de maketos parece testimonio irrecusable de la teoría de Darwin, pues más que hombres semejan simios poco menos bestias que el gorila: no busquéis en sus rostros la expresión de la inteligencia humana ni de virtud alguna; su mirada solo revela idiotismo y brutalidad”.- Sabino Arana-.


  Aviso para los lectores de Sabino Arana.
  El hombre no procede del mono. La teoría establece que hombres y monos se derivan de un ancestro común con forma de mono, y que el hombre surgió a través de una combinación de factores ambientales y genéticos como una especie que ha producido la variedad de grupos étnicos que se conocen hoy, mientras que los monos evolucionaron por sendas distintas. En otras palabras, el hombre es un mono que evolucionó en una especie distinta. Recordemos que la teoría de la evolución descansa en tres pilares: microevolución (mutaciones donde predominan el azar o impactos ambientales), selección natural (calificada a menudo como la supervivencia del más apto) y especiación (los miembros de una especie mutan de tal forma que ya no pueden reproducirse con otros miembros de la misma especie).

  Aviso para los lectores de Jordi Pujol.
  "Para Darwin, la evolución de la mente humana no difería sustancialmente de la evolución del cuerpo. Era, por lo tanto, un proceso lento y continuo, un avance a base de pequeños pasos y mucho tiempo por delante para recorrer el largo camino evolutivo que separa al mono del hombre. Wallace, en cambio, simplemente no podía admitir que las facultades intelectuales y morales del hombre, tan elevadas, fueran un producto de la evolución gradual, y que nos hubiéramos ido haciendo seres humanos poco a poco: él veía un único gran salto cualitativo, que no se podía explicar por una lenta acumulación de múltiples pequeños cambios. Wallace pensaba en una causa sobrenatural".-Juan Luis Arsuaga-.
¿Origen sobrenatural o natural de la inteligencia humana? Es decir ¿creación divina o proceso evolutivo? ¿Wallace o Darwin? En palabras de Arsuaga: “la cuestión de si la mente humana surgió de golpe con el Homo sapiens, o si es producto de evolución gradual, es una vieja discusión que ya enfrentó a Darwin y Wallace, y para la que no se sabe si algún día se alcanzará una definitiva respuesta”.”¿Quién puede demostrar la no existencia de una causa por medio de la experiencia, cuando ésta no nos enseña otra cosa sino que no percibimos la causa?” -Kant-

  Salvo que Pujol nos desvele el misterio (si lo contemplamos desde un punto de vista de creación divina), o el enigma (si lo contemplamos desde un punto de vista científico), y nos aclare si la inteligencia de algunos hombres es sobrenatural y para otros hombres es producto de la anarquía, y dado que para Sabino Arana, el maketo es una especie de gorila pero sin hacer alusión al color de su piel, entendemos que el modelo de nazionalismo que propugnan es simplemente antiespañol. Ahora bien, ¿cuál es el criterio de supremacía para los nazionalistas secesionistas catalanes y vascos? Si nos atenemos a las declaraciones de sus profetas, para Arzalluz es el factor RH negativo de la raza vasca y para los activistas secesionistas catalanes, la lengua: “Plántate para que el catalán sea la lengua común del nuevo país”.

  
  Pero, 1 ¿existe una raza vasca? Según el estudio publicado por la revista Human Genetics de la Universidad del País Vasco, coordinado por Ana María Aransay, se concluye que: "El estudio en cuestión no plantea que exista ninguna particularidad genética especial en la población vasca comparándola con otras regiones, ya que los vascos pueden ser tan particulares genéticamente hablando como lo son los sardos, los orcadianos, los rusos, etc.", afirma Naiara Rodríguez-Ezpeleta, quien infiere que: “los vascos son tan diferentes del resto de poblaciones europeas como lo son aquellas poblaciones europeas consideradas aisladas; es decir, que Europa se divide en grupos y uno de estos grupos son los vascos". En otras palabras, población aislada SÍ, pero existencia de una raza vasca, NO.

  2 ¿Hay lenguajes superiores e inferiores? Platón consideraba que el lenguaje había sido desvirtuado por culpa de los poetas porque habían cambiado irresponsablemente los nombres que el Supremo Hacedor atribuyó a cada cosa. Los humanistas consideraban que una lengua era excelente si así lo determinaban los gramáticos y Dante en su De vulgari eloquentia sentenció que la lengua de los romanos era la peor de todas porque “son gentes corruptas que apestan”. Los Ilustrados afirmaban que había lenguas válidas para escribir y razonar y otras no, y Humbolt pensaba que las lenguas sin categorías gramaticales explícitas no podían desarrollar pensamientos abstractos. A partir del estudio de las lenguas indias americanas, los lingüistas dirigidos por Franz Boas demostraron que la creencia en la superioridad de las gramáticas civilizadas era insostenible. Sapir y Whorf afirmaron que la estructura de una lengua tiende a condicionar la forma en que piensa el hablante de esa lengua, y que todas las lenguas son aptas para las necesidades de sus hablantes para comunicar ideas y sentimientos de su concepción de la vida, por lo que lenguas diferentes llevan a sus hablantes a pensar de manera diferentes, pero que “cuando se llega a la forma lingüística, Platón camina junto con el porquero macedónico, y Confucio, con los salvajes cazadores de cabezas de Assam”.- Edward Sapir-.

  En cualquier caso, “la productividad semántica es infinita en todas las lenguas conocidas. Cuando surge la necesidad social, cualquier lengua puede desarrollar los términos apropiados a la civilización industrial. Esto se puede conseguir bien mediante el préstamo directo de las palabras de una lengua a otra (sputnik, blitzkrieg, garage), o bien mediante la creación de nuevas palabras basadas en nuevas combinaciones del repertorio existente de morfemas (radiométrico, ferrocarril, periódico). Nunca ha existido una cultura que no encontrara palabras para expresarse, al menos a largo plazo”.-Marvin Harris-.
  De manera que si ni existe una raza vasca, ni hay lenguajes superiores, el nazionalismo antiespañol de los secesionistas españoles catalanes y vascos, solo puede derivarse del odio y de la falsificación de la Historia, porque como sentenció George Orwell: “quien controla el pasado, controla el futuro; quien controla el presente, controla el pasado”.


  Yo no me voy a enredar en relativismos, mistificaciones, ni en conceptos de Nación y de singularidad. Uno ya está cansado de las pintadas que lee en los viajes: El Bonillo es una Nación, León solo, Galiza ceive, Cartagena no es Murcia, Catalunya és una nació, etc. ni en reformas de la Constitución, ni en federalismos asimétricos, que eso ya sé dónde nos lleva, es decir a la desigualdad de las personas en función del territorio español en el que vivan, sino a defender que una generación de españoles no tiene derecho a decidir y en definitiva a invalidar el hecho heredado de generaciones precedentes de permanecer unidos. Nuestra cultura, nuestras singularidades y diferencias, son un patrimonio común de todos los españoles, y la Nación española un bien jurídico que hay que proteger y defender, incluidas las lenguas de España y sus poblaciones aisladas.
  Fue Dolf Sternberger quien acuñó el término patriotismo constitucional en un artículo periodístico publicado en mayo de 1979 para referirse al hecho de que se había ido generando un proceso de identificación colectiva alemana que resultaba novedosa porque se había formado tras la derrota bélica sin reconocerse en el orgullo de un pasado histórico. Habermas se preguntaría si no sería posible un tipo de identidad colectiva inspirada en un proyecto democrático y en los derechos humanos.
  “Dejando al margen consideraciones de utilidad política inmediata, cabe plantearse legítimamente si esta forma de patriotismo cívico puede representar, más allá del contexto alemán en el que se originó, una modalidad razonable, a la vez que realizable, de entender la identidad de una comunidad política (...) Es cierto que la extensión del denominado patriotismo constitucional obedece en su origen a la necesidad de afrontar la ruptura que una determinada comunidad política ha experimentado en la continuidad histórica de sus tradiciones y de su memoria colectiva, tal como sucedía de manera ostensible en el caso alemán, pero en principio no hay ningún motivo para negar que un proceso similar también podría generarse en aquellos casos en los que se ha sufrido la pérdida o simplemente se carece de un núcleo simbólico y afectivo aceptado por todos los agentes sociales concernidos. Tal podría ser la circunstancia que actualmente se da en España (en donde para muchos se adolece de una falta de símbolos, historias y relatos compartidos cordialmente por todos los pueblos que la integran) o en la Unión Europea (una entidad que para muchos estaría aún por construir). En todos estos casos, el patriotismo constitucional sería un modo de solventar la falta de un imaginario colectivo aceptado pacíficamente. Dicho patriotismo ofrecería un nuevo repertorio simbólico y narrativo capaz de anclar la memoria y la imaginación política de una sociedad. Aunque con frecuencia se objeta que el patriotismo constitucional posee las trazas propias de un proyecto ideológico de laboratorio, lo cierto es, más bien, que constituye el precipitado final de un desarrollo histórico común en aquellos lugares en que se ha sufrido en propia carne la experiencia totalitaria y los excesos inhumanos del nacionalismo”.-Juan Carlos Velasco Arroyo-.

  Si como afirmó Habermas, “la Nación es una idea con fuerza capaz de crear convicciones y de apelar al corazón y al alma”, nada mejor que el doce de octubre, comience el precipitado final del secesionismo que nos azota. El patriotismo es el último refugio de los canallas -Samuel Jhonson- pero también es la distinción para los ciudadanos comprometidos con la Nación y la libertad, entre una concepción cívica y otra cultural de la identidad colectiva. Si como sostiene Habermas, la idea de nación tiene que anudar el demos (pueblo) de los ciudadanos con el ethnos (gente de la misma raza o nacionalidad que comparten cultura propia) para poder estabilizarse como comunidad jurídica, el demos debe pertenecer al ethnos, es decir, a la Nación española constituida como un Estado de derecho de miembros libres e iguales. En otras palabras, patriotismo constitucional, frente a nacionalismo secesionista.