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jueves, 31 de marzo de 2016

Esencia de Guayabita.

  
  

  Selección poética de Verónica Gibbs Motabán que tengo el honor de compartir con Ustedes con la autorización de la autora.
  Piloto de vuelos literarios infantiles, artesana de la palabra y contorsionista de silencios. Poeta y escritora de mini relatos y microcuentos. Ganadora del concurso de literatura infantil Andrés Bello.
  Selección de poemas de su blog Palabra de Guayaba.

  En twitter: @Guashabita

Vacaciones robadas.

Mi piel
se va coloreando con tus sonrisas,
tus garantes,
las moras añejadas,
tus ganas de no hacer nada.

Este susurro de brisa,
este recuerdo almibarado.
Travesuras en la cama de María Celeste,
en la habitación de nadie.

Te espero con besos de papelón,
con “Marías” mojadas en leche
y olor a vacaciones robadas.


Me desdigo.

En esa estación
que sabemos confundir con el otoño,
en poderes otorgados precipitadamente,
en el iluso momento de catar mostazas
para intuir tu sabor.

En mis paseos de altura
en la mesa compartida de café y dulce,
en el “me place escucharte”,
me desdigo.

Para que regreses,
me sueñes,
invites,
y quizá repita lo que digo.

Greguerías.

Mi estado de concentración y relajación favorito es el Alpha(beto).
El poema es el álgebra de las palabras nunca resuelto.
La palabra es una copulación entre letras.
Las estrellas son el perchero de los sueños.


En lengua.

A veces madrugo nada más que para tener un tú a tú con la Luna.
De menguante a llena hablamos en lengua de la noche.

Elenco.

En la película que protagonizamos Tengo ganas de ti,
mis piernas son de reparto.

Todos mis cielos comienzan por tu mirada.

Cuéntame cuentos,
que de los besos por cada pequita tuya
me encargo yo.

Cuéntame cuentos,
que el vaivén de mis caderas sobre tu cuerpo de océano
va por mi cuenta.

Reencarnaciones.

Dice que en otra vida fue un famoso fotógrafo.
Para demostrármelo, se quiere meter bajo mi falda.
Él, revelando reencarnaciones.

Bautizo.
Escribir versos
en la espiral de una caracola,
lanzarla al mar
y convertirme en poema.

El camino lo hace la mar.
Por mucho que gire el reloj de arena no hay olvido.
Por muchas gotas de mar que sucedan no hay retorno.
Ni por muchas brazadas y caras al aire vuelvo al mar.

Así las cosas.
Vengo por infinita arena.
He de fabricar mi espejo,
que se beba las lágrimas,
que acaricie el suave oleaje.
Vengo a entregarle a la bruma mis querencias,
a orillarme en tu cuerpo.

Si usted no me va a querer,
al horizonte le dejo el resto.

Preciso.
No era preciso verte la boca
para certificar mi alianza con tu verbo.

No era preciso mirarte a los ojos
para purificar mi enlace con tu esencia.

No era preciso tocar tu piel
para acoplar mis caderas a las tuyas.

Intelecto.
Sentimiento.
Cuerpo.

Usted me precisa la vida.

Cuentos de maíz y trigo.
La arepa es luna llena que va menguando
hasta hacerse media luna en nuestras bocas.
Nuestro besayuno.

La playa.
La playa,
ese (a)mar sin medida.
Por eso el naufragio.
Por eso el reloj de arena.
Por eso la marea,
que sube y baja.

Las aventuras de Sherloloka Holmes.
-Elemental, querido mío, L mental de lamer.
A la cama, preciso investigar cada poro de su piel.

Minimar.
Lo lloró tanto,
que en su mesita de noche,
encontré un minimar dentro del vaso.
Me desdigo que solemos confundir con el otoño  
   

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