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jueves, 17 de septiembre de 2015

Las lenguas de España, la lengua española y la Acorazada Nazionalista




    Esto es lo que dice al respecto el Diccionario panhispánico de dudas:

  Español. Para designar la lengua común de España y de muchas naciones de América, y que también se habla como propia en otras partes del mundo, son válidos los términos castellano y español. La polémica sobre cuál de estas denominaciones resulta más apropiada está hoy superada. El término español resulta más recomendable por carecer de ambigüedad, ya que se refiere de modo unívoco a la lengua que hablan hoy cerca de cuatrocientos millones de personas. Asimismo, es la denominación que se utiliza internacionalmente (Spanish, espagnol, Spanisch, spagnolo, etc.). Aun siendo también sinónimo de español, resulta preferible reservar el término castellano para referirse al dialecto románico nacido en el Reino de Castilla durante la Edad Media, o al dialecto del español que se habla actualmente en esta región. En España, se usa asimismo el nombre castellano cuando se alude a la lengua común del Estado en relación con las otras lenguas cooficiales en sus respectivos territorios autónomos, como el catalán, el gallego o el vasco. -Fuente: Fundéu BBVA-.
  “Nuestro idioma no se llama castellano. El castellano como dice Camilo José Cela, no es sino el generoso español que se habla en Castilla. Nadie en América dice castellano, ni se refiere a él. Se habla español. En Cuba nunca oí que se dijera castellano. Siempre español. De hecho en Cuba, a los españoles que llegaron después de la independencia se les llamó gallegos, como se les conoce en Argentina. Así que como ve el castellano no existe en Hispanoamérica. Existe el español”.-Guillermo Cabrera Infante-.

  “Es una aberración llamar latinoamericanos a los hispanoamericanos. ¿Desde cuando está la Roma antigua en México? ¿Y en Buenos Aires? ¿Quién germinó esa aberración? Quien introdujo el término latino fue un ministro de Napoleón III para justificar de alguna manera su intervención en México. Al pobre del emperador Maximiliano, que pretendía ser Rey de México, lo fusilaron, y su esposa Carlota murió absolutamente loca en Bélgica cantando habaneras”.- Guillermo Cabrera Infante-.

 “Partiendo de los principios enunciados por la Constitución, España se ha organizado territorialmente en 17 Comunidades Autónomas cada una de ellas con una amplia autonomía que incluye un Gobierno regional y un Parlamento con capacidades legislativas. En los Estatutos de Autonomía de seis de estas comunidades se reconoce a otra lengua como cooficial junto con el español: en Cataluña y en las Islas Baleares el catalán, en Valencia el valenciano, variedad del catalán, en Galicia el gallego, en el País Vasco el euskera y en Navarra también el vasco o euskera aunque solo en una parte de su territorio.

   Para completar este panorama de la variedad lingüística española hay que añadir que el Estatuto de Cataluña reconoce la existencia en el Valle de Arán de una lengua propia, el aranés, una variedad de la lengua occitana, y le asegura plena protección. El Estatuto de Asturias reconoce la existencia del bable y asume su protección aunque no le reconoce carácter de cooficialidad. Y el Estatuto de Aragón recomienda proteger el aragonés, que se ha mantenido en algunos valles pirenaicos y el catalán hablado en una zona fronteriza con Cataluña”. -Lengua y lenguas de España. Miguel Siguán (catedrático emérito de la Universidad de Barcelona)-.

  He dejado que los maestros se pronuncien avalando el uso de los términos español e hispanoamericano en lugar de castellano y latinoamericano. Me posiciono en favor del uso de la denominación de español como lengua común de todos los españoles, porque en una sociedad plagada de necios y dirigida políticamente para utilizar la lengua como instrumento de discriminación, el uso del término castellano, lleva in nuce el mensaje subliminal de que Castilla y por extensión Madrit, imponen su cultura y su lengua como si de una continuación de la Dictadura de Franco se tratase.
  El lenguaje es la construcción artificial del pensamiento; el lenguaje es fáctico, podemos hacer acta notarial de aquello de lo que estamos hablando, por el contrario el pensamiento es contrafáctico. Por ello, el bilingüismo entendido como la capacidad de pensar, en el sentido de construir el pensamiento en dos lenguas diferentes, solo es posible en determinados supuestos. No lo confundamos con la adquisición de cierta habilidad para comunicarse y hablar en otra lengua. En palabras de Unamuno: La sangre de mi espíritu es mi lengua...y mi patria es allí donde resuene. Dicha cita la recoge Carolina Rodríguez en un artículo publicado en su blog, como madre coraje que ha entregado en el instituto donde cursa estudios su hijo, una carta solicitando que se apliquen los dictámenes en relación con la enseñanza en español en Cataluña, tanto del Tribunal Constitucional, como del Tribunal Supremo y del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, y que se garantice el estudio de las lenguas catalana y española, aplicándose el porcentaje que debería por ley tener el español.
  Porque de eso se trata, de garantizar derechos y libertades sin entrar en tecnicismos de diglosia, ni de resoluciones judiciales, denunciando la discriminación que señala con el dedo al alumno que pone en jaque a todo un sistema educativo, porque no tiene previstas estas situaciones dado que la presión que ejerce para imponer la inmersión lingüística la lleva a cabo la Acorazada Nazionalista.
  Pensemos en español que es lo mismo que pensar en cualquiera de las lenguas de España, y usemos el término español para referirnos a nuestra lengua, con el objeto de vertebrar nuestra Nación, promover la libertad, la igualdad, y el derecho de los padres a elegir la lengua vehicular de sus hijos. España deshizo a Castilla en palabras de Sánchez Albornoz, no dejemos que España deshaga al castellano.