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jueves, 8 de septiembre de 2016

¿Por qué caminamos? El clímax del caminante


 Artículo publicado en El clímax del caminante que tengo el honor de compartir con Ustedes con la autorización de su autora con la que me une esa forma de transitar por la vida como homo viator.
 ¿Por qué caminamos? Ese es el tema central de su proyecto que a algunos nos gustaría leer como tesis doctoral algún día, pese a que a la autora solo la anima la curiosidad y para lo cual nos invita a participar en él respondiendo a la encuesta abierta en su web. 
 Como un orgasmo sin coito, en otras palabras como una emoción  intensa de placer cuando se llega a la cumbre de una montaña tras un duro ascenso, perfecta sinécdoque del caminar en armonía con la naturaleza, nos intenta describir la autora la experiencia del senderista. Les animo a colaborar, y en su caso a preguntarse, ¿por qué renunciar a ese placer de caminar?
     Pueden participar también en Facebook
  
    Nos veremos en el infierno.   

  Este post está motivado por la rabia, impotencia y tristeza que siento al ver que todos los veranos sucede lo mismo en la Comunidad Valenciana. Ahora le toca el turno a Castellón, Sierra de Espadán, uno de mis lugares favoritos para pasear.
  Cuando estoy en el campo y veo pasar los helicópteros se me encoge el corazón. Siendo niña recuerdo un incendio cercano. El cielo estaba naranja, el calor era irrespirable, la nube de humo tapaba el sol y por la noche las llamas iluminaban el horizonte. Aquello fue uno de los incendios que arrasaron la Sierra de Enguera, provincia de Valencia, no sé cuántos años hace, pero muchos. No se me olvidará jamás. Mi familia y yo estábamos cerca. Pendientes de la dirección del viento, por si el incendio se aproximaba y teníamos que salir corriendo.
  Pero la historia se repite cada verano en cualquier punto de la Comunidad. No sé cuántas hectáreas de bosque quemado (como si tuviésemos mucho) hay en la Comunidad Valenciana. No sé cuántas reforestaciones ha habido de estas zonas quemadas (pero estoy segura que prácticamente ninguna y si las ha habido, creo que no se han hecho bien). No soy una experta en montes, en biología ni en medio ambiente, ni en ecología, ni en nada, pero veo, porque los ando, que los montes no se regeneran solos con el paso del tiempo. Al menos en la Comunidad Valenciana, no. Porque el suelo ya está desertificado. Al cabo del tiempo sale matorral bajo, algún pino…. pero para volver a llenar de pinos los montes, hace falta una reforestación a conciencia. ¿Sabéis cuántos años hacen falta para que un pimpollo se convierta en un pino? Al menos 30 años, eso sí lo sé. Cada vez más calor, cada vez menos lluvias, cada vez más incendios… es un círculo del que no salimos. En mi opinión y puedo estar equivocada, hacen falta mucha conciencia social de protección de bosques y educación en las escuelas para que los niños comprendan que un bosque nos da el oxígeno que respiramos, así de sencillo. Podríamos empezar por ahí, porque crezcan con la idea de cuidar nuestro entorno. Falta educación ambiental. Mucha. En otros países como Andorra o Francia, a los niños los sacan a los Pirineos cada poco tiempo y les enseñan el valor del medio ambiente desde que son niños. Eso lo sé porque salgo por ahí a caminar, porque los veo y las gentes del lugar me lo cuentan. Los bosques de la Comunidad Valenciana no son los Pirineos, claro que no. Tenemos otro clima. Aquí teníamos (y digo teníamos en pasado, porque cada vez quedan menos) bosques mediterráneos.
 Pero no todo es concienciación y educación medioambiental. Las leyes, ¿qué vamos a decir de las leyes?, ¿qué le pasa a un pirómano que prende fuego al monte en verano?, ¿qué le pasa a un insensato que quema rastrojos en verano? Me gustaría saberlo. Yo los condenaría (aparte de los años de cárcel y la multa económica que correspondan), de por vida a la protección, mantenimiento y conservación de los bosques para que fuesen aprendiendo. Por otro lado, ¿qué pasa con el sentido común? A mí no me hace falta que me digan que está prohibido quemar rastrojos de junio a septiembre u octubre… ¡es que ni se me ocurre! Y por otro lado la importancia que los gobiernos le dan a la protección y prevención, al menos en la Comunidad Valenciana… ¿por qué no se prioriza y se contratan en verano “vigilantes de montes” que se dediquen única y exclusivamente a vigilar que ningún insensato cometa alguna atrocidad? ¿Por qué cada vez hay menos rebaños de ovejas que limpian el bosque de forma natural? ¿Por qué las limpiezas de monte, que las hay, no se hacen con conciencia? ¿Qué pasa?, ¿no hay dinero o es que no es de vital importancia? Creo que no hay nada más vital que proteger nuestro entorno. Y por último, las labores de extinción… tengo un familiar que las vive de cerca, de voluntario… en fin… todo muy catastrófico y sin perspectiva de que la cosa mejore. Mientras tanto, muchos seguirán cazando pokemons sin mirar ni preguntarse qué está pasando realmente a nuestro alrededor. Mi abuelo, pocos años antes de morir, nos decía: “esas maquinitas os volverán locos a todos”.
  Desde aquí todo mi respeto, admiración y mucho ánimo a todos aquellos que colaboran de voluntarios o como profesionales remunerados en las labores de extinción. Aquellos que se juegan la vida combatiendo las llamas.
   Nos veremos en el infierno. Nos veremos caminando entre esqueletos de árboles calcinados, troncos carbonizados. Nos veremos respirando aire seco y rancio. Aire cansado, donde ya ni la humedad del cercano Mediterráneo pueda hacer nada para refrescarlo. Nos veremos caminando por un desierto de tierra caliente, donde ya no serán capaces de cantar ni las chicharras y donde el sol abrasador estrangulará nuestras entrañas porque no habrá nubes que se atrevan a pasar.


   ¡Hola! Soy Baltasar.
 Muy triste y deprimente todo. Soy Biólogo (Botánico), Técnico y Consultor Ambiental desde hace muchos años, muchos. Lo has expresado muy bien, mucho mejor de lo que sería capaz de hacerlo yo, pero lo comparto al cien por cien. 

  Quizá matizaría alguna cosa, pero serían detalles  sin importancia, que no nos permitirían quizá ver el trasfondo de todo esto. Si lo que se ve por delante, a simple vista es negro, lo que está por detrás, que no nos quepa duda que siempre hay un detrás, es negro y tétrico, propio de películas de ciencia ficción.

 Si todo esto es triste, para mi es más triste aún que la gente, incluso sin pokemon y sin móviles, no sea capaz de vislumbrar qué está pasando. Está ahí ante nuestras narices y somos incapaces de verlo. Y si no lo vemos no podemos poner remedio.

 Para mí, no es cuestión de años para que se regenere un bosque (si a lo que tenemos se le puede llamar bosque, mas bien monte diría yo), por eso no nos debemos de preocupar, la naturaleza siempre encuentra la salida. No, a mí no me preocupa eso, la naturaleza se recuperará cuando dejen de maltratarla. El problema es que nos lamentamos solo porque no podemos volver a disfrutar de la naturaleza como ese paraíso perdido que hubo una vez. Ahora bien, si nosotros somos los culpables, ¿no crees que alguna pena debemos de pagar?

  El problema somos nosotros por nuestra falta de visión, y por ser incapaces de aplicar la solución y ello nos va a ocasionar muchísimos problemas.

 Algún día, es posible que veamos cual es el problema, ese que está ahí delante de nuestras narices, ese que hay que solucionar.

  Algún día …

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